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Foto: udlaspalmas.net
 
Increíble y frustrante empate sin goles (0-0) en el Estadio de Gran Canaria ante una UD Ibiza incrédula de que su portería terminara imbatida en un partido en el que las manos a la cabeza se convertía en la tónica de la afición después de tantas ocasiones malogradas. 
Pimienta planteaba un once con algunas novedades como la inclusión de Sidnei debido a un Saúl Coco tocado del tobillo pero que se encontraba en el banquillo por precaución, por otro lado, destacaba la incorporación de AlbertoMoleiro10 en el interior en detrimento de Óscar Clemente y, sobre todo, ante tantos contratiempos en la posición de 9, la introducción algo experimental de Fran Pejiño como delantero centro en lugar de darle la alternativa a Ale García que sí lo tendríamos disponible. 
En los prolegómenos del encuentro se mostraba un respetuoso minuto de silencio por el fallecimiento del ex-jugador Juan Luis Jiménez "Mascarita", destacado interior y extremo en los años 60. El encuentro batía récord de asistencia con más de 19.600 espectadores en las gradas del Gran Canaria. 
 
El partido comenzaba con una UD que, nada más empezar, mandaba y encontraba una primera falta para que JonathanViera21 lo intentara por primera vez, sin éxito contra la barrera. Unos minutos más tarde, en otra falta, el de La Feria lo enviaba con rosca para que la sacara el guardameta Fuzato. La mejor oportunidad de esta primera parte vendría de una conexión entre Pejiño, el 21 y Enzo Loiodice que, desde el borde interno del área la enviaba por encima del travesaño para decepción de la afición. La UD Ibiza tuvo dos acercamientos en esta primera parte por su banda derecha; la primera quedaba anulada por fuera de juego y la segunda se marchaba por encima de la portería de Valles. Muy pronto, la UD volvía a la carga y era AlbertoMoleiro10 el que lo intentaba para que se le marchara fuera sin que el disparo cogiera los tres palos de la portería ibicenca. En el minuto 35, el árbitro sentía que se lesionaba marchándose y en lo que sustituían al colegiado por el cuarto árbitro, los dos equipos se tomaban lo que parecía una pausa para la hidratación. Una vez reanudado el partido, poco más sucedía hasta el descanso, descontándose cinco minutos, llegando al meridiano del encuentro con un empate a 0.
Tras el descanso, comenzaba la segunda mitad y el partido ya pasaba a convertirse en un auténtico monólogo del conjunto canario y, en el minuto 55 iba a llegar la ocasión más clara del partido en la que Pejiño trataba de llegar vertical a portería pero al quedarse cerrado para finalizar, combinaba con Enzo que se la dejaba "a huevo" al 21 para que nuestro capitán la enchufara en el palo cuando toda la grada y el resto de la afición amarilla que veía el partido, medio cantasen el gol que tenía que llegar. Teniendo en cuenta que no llegaba, Mr. Pimi empezaba a mover el banquillo en el minuto 60 para que entrara Sandro Ramírez y saliese, muy contrariado, Fran Pejiño. También incorporaba a Óscar Clemente para que saliera un hoy, muy flojo, Alberto Moleiro. A partir de ahí, el conjunto balear comenzó su partida particular de bolos, es decir, instalaron la bolera y, cada vez que en un contacto surgiera ocasión de hacerlo, se convertían en bolos para perder todo el tiempo posible. En esto, tras un saque de córner hay un contacto en el que impiden que Sidnei rematara pero ni se revisó VAR ni nada por el estilo. Casi sin jugarse, en el minuto 75, Álvaro Lemos entraba por Álvaro Jiménez en el extremo derecho. Y por esa banda y, cómo no, desde el director de orquesta con el 21 a la espalda, lograba ponerle un balón franco a Óscar Clemente que el tinerfeño encañonaba pero no con la suficiente contundencia para batir al meta Fuzato. Tras esta buena oportunidad, Mr. Pimi hacía el último cambio introduciendo a Benito para que saliese Enzo Loiodice y, precisamente en el minuto 88, el aldeano tendría una ocasión que se le marchaba a las nubes desde fuera del área. El "nuevo" colegiado decretaba seis minutos de descuento debido a los cambios y a las constantes pérdidas de tiempo de la UD Ibiza. Había fe en parte de la afición que nos congregábamos en el estadio y Sandro en el 94 encontraba el espacio libre dentro del área para casi lograr el gol de la victoria porque asombrosamente le pegó tanto con el corazón, que el balón se le volvía a marchar a las nubes. Se pitaba el final del encuentro y aunque seguimos invictos y en puestos de ascenso directo, nos quedamos con la sensación de derrota. Quiero pensar y pienso que esto nos está ocurriendo porque nos sentimos el equipo más superior y arrollador de la categoría y tengo claro que nuestro único objetivo es el ascenso directo.
¡¡¡VAMO, VAMO, ARRIBA D'ELLOS Y QUE VIVA NUESTRO EQUIPO SEÑERO SIN PAR!!! 
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